Ep726. Efecto Priming
Libro: Pensar rápido pensar despacio, Daniel Kahneman
El libro se compone de 6 partes. Primera parte del libro, capítulo 4 (La máquina asociativa).
Antes breve introducción.
Nuestra mente está gobernada por dos sistemas.
- Sistema 1: opera de manera rápida y automática, poco o ningún esfuerzo y sin un control voluntario. Ej: si vamos paseando por el bosque y vemos una sombra entre los árboles, la primera acción es correr.
- Sistema 2: es el que controla actividades mentales que conllevan actos voluntarios, maneja nuestro nuestro comportamiento, nuestra atención, pensamientos, etc.
Todo esto es mucho más complejo, pero por poner un ejemplo cercano. Cuando estamos empezando a nadar, necesitamos tener un foco importante sobre la técnica, poner nuestra atención al 100% en lo que estamos haciendo. El sistema 2 es el encargado de ello. Una vez somos capaces de controlar la técnica, con el paso de meses, incluso años, somos capaces de nadar mucho mejor que antes sin prestar atención, hemos automatizado el gesto correcto, no precisamos atención para realizarlo bien, el sistema 1 es el encargado de ir en piloto automático.
Lo mismo sucede cuando conducimos, al inicio hay que poner los 5 sentidos y algunos más para llevar un coche, hay tensión y es donde el sistema 2 está manejando la situación, ya que en un situaciones de tensión congnitiva, el sistema encargado de controlar los movimientos es el sistema 2, una vez automatizamos gestos, somos capaces de ir hablando y contando historias, incluso riendo con los compañeros de viaje, estamos en una situación de facilidad cognitiva, es el sistema 1 el que actúa en esa situación.
Dicho esto, vamos con el fenómeno de priming. El Efecto Priming indica que las respuestas de un individuo ante una situación pueden ser influenciadas por estímulos, de manera inconsciente.
¿Esto nos suena no? En publicidad, marketing, política.. en definitiva todo lo que sucede en nuestro día a día estará influenciado por estímulos anteriores. (De diferentes tipos)
Varios ejemplos:
- Si te piden un país con la letra D dirás Dinamarca (hay pocos con la letra D y el más cercano a nosotros es ese)
- Si te piden un animal con la letra E, dirás elefante.
Nuestra mente en su insaciable manía por economizar, tiende a operar con el sistema 1 constantemente, no en vano, va en piloto automático, genera respuestas rápidas y sin esfuerzo. Recordemos que en la sabana no había Corte Inglés ante el que usar el sistema 2 para que no nos la cuele, ni Amazon para imponer el raciocinio y no fulminar la Visa, había depredadores contra los que usar una respuesta rápida y automática era la mejor opción.
El Efecto Priming está presente en multitud de situaciones, desde asociación de palabras, modificaciones de conductas, facilitación de sentimientos, etc.
Vamos a poner varios ejemplos para ver el efecto del priming.
En la década de los 80, los psicólogos descubrieron que el escuchar una determinada palabra, tenía influencia a la hora de reconocer una palabra posteriormente. Imaginad que nos muestran la palabra JA_ÓN, le falta una letra, todo ok. Si anteriormente se nos ha enseñado la palabra COMER, la palabra resultante será JAMÓN, pero sí se nos ha enseñado la palabra LAVAR, completaremos la palabra con la B, de JABÓN. Es un ejemplo algo estúpido, pero muestra la influencia posterior de una acción previa.
En el ejemplo anterior hemos visto como se muestra el priming en palabras, pero se extiende también a acciones. El psicólogo John Bargh y su grupo de investigación (ni idea de quién son), demostraron como pueden influir las palabras en nuestros actos (a mi me dejó flipado literalmente, de hecho este episodio es debido a haber leído el resultado de este experimento). Cogió a un grupo de estudiantes, de entre 18 y 20 años (jovencitos), a cada uno de ellos les mostraba una secuencia de 5 palabras y debían de construir una frase lógica con ese grupo de palabras. De forma aleatoria algunos grupos de frases llevaban palabras relacionadas con la vejez, sin nombrar vejez, ni viejo, (arrugas, canas, Benidorm, pensión…), debían de construir esos alumnos una frase lógica con esas palabras. Posteriormente a todos los alumnos se les pidió que fuesen a otro lugar de la Universidad para hacer otro experimento, los investigadores midieron el tiempo de cada alumno en llegar al otro laboratorio, (todo ello con el desconocimiento total del alumnado), pues bien, aquellos que había formado las frases relacionadas con la vejez, caminaron más despacio que el resto. (Ejemplo de primado, en lugar de midieron, yo puse cronometraron)
A este efecto del priming se le ha denominado efecto ideomotor. Yo siempre he pensado que me veo influenciado de visualizar a deportistas que nadan mal, si veo demasiados videos para corregirles, pienso que en ocasiones se me va a trasladar a mi las malas ejecuciones, de hecho, nunca os ha pasado de ver nadar a profesionales y luego nadar en cierto modo mejor.
Por otro lado el efecto ideomotor, actúa de forma inversa también, si colocas a los alumnos a caminar muy despacio en una sala, posteriormente son capaces de reconocer más rápido conceptos relacionados con la vejez. ¿Increíble no?
El anterior es un ejemplo de cómo de forma inconsciente el efecto priming nos influencia. Si eso es así, imaginad hoy día, a la cantidad de estímulos que estamos expuestos y como puede influenciarnos si desconocemos todo esto. Gente que conozca esto y sepa darle uso, sería prácticamente capaz de manejar al rebaño casi a su antojo. (No me quiero poner conspiranoico)
Vamos seguir viendo ejemplos para ver como una acción evoca un sentimiento. En otro experimento, a diferentes personas se les preguntó como interpretaban unos dibujos, aquellos que se les pidió que interpretaran los dibujos sosteniendo un lápiz en la boca que les obligaba a poner cara de estar sonriendo los interpretaban como divertidos.
La otra investigación de la que quiero hablaros es la siguiente, a diferentes sujetos les pusieron unos auriculares para en teoría determinar la calidad del audio, debía de responder a distorsiones cuando se escuchara, a unos se les pidió que avisaran asintiendo con la cabeza y a otros haciendo un gesto de negación, pues bien, aquellos a los que se les había ordenado responder asintiendo (gesto del sí) tendían a aceptar el contenido del mensaje, mientras que los del no tendían a rechazarlo.
Estos dos ejemplos anteriores nos muestran aquello de te sientas como te sientas, actúa de la forma que consideres correcta, al final tu mente sigue a tus acciones. Es flipante.
Para concluir con los ejemplos donde se ven los efectos de priming, en una máquina de café de una cocina de una Universidad británica, se colocó una hucha de donaciones, había una lista de precios y justo encima de la lista de precios un cuadro, los investigadores fueron modificando el cuadro por semanas, una semana colocaban un cuadro de flores y otra semana colocaban un cuadro con unos ojos observando. Pues bien, las semanas del cuadro de ojos, los trabajadores de la cocina contribuyeron casi tres veces más con donaciones que las semanas donde se mostraba el cuadro de flores.
Los fenómenos de priming brotan de nuestro sistema 1. Son inconscientes totalmente. Pero guían nuestros comportamientos en silencio. Pensamos que dominamos nuestras acciones, de hecho algo muy común es tomar una acción controlada por el sistema 1 y posteriormente justificarla hasta la saciedad con argumentos manados del sistema 2.
Creo que ha quedado patente el efecto del priming en diferentes situaciones, ahora vamos a aterrizarlo a nuestro día a día. He pensado en diferentes momentos donde podemos estar siendo “primados” sin darnos cuenta.
¿Qué levante la mano el que esté libre de pecado? Ejemplo fácil, compro una bici influenciado totalmente por el sistema 1, y se lo justifico a la grupeta de forma muy racional. (Sistema 2).
Si antes de una competición vemos imágenes de gente que gana, o que hace buenos resultados, o consigue sus objetivos. O si pensamos en momentos nuestro de competiciones pasadas donde hemos hecho buenas actuaciones, ¿no será posible que eso se traslade a la competición que vamos a realizar? Al fin y al cabo los psicólogos trabajan mucho la visualización en deportistas.
(Aunque entiendo que aquí, a diferencia del ejemplo de los estudiantes que pensaban en la vejez, nosotros si buscamos ir más rápido)
A la hora de mejorar la técnica o un mal gesto, entiendo que pensar en el gesto bien hecho será mejor que pensar en el error. Estaremos potenciando aquello en lo que pensemos. ¿Podría esto dar una vuelta de tuerca a cómo enseñar la técnica de un deporte? Es decir, no fijarnos en el error, sino en hacer el gesto bien hecho.
Ese día que no estamos bien, por el motivo que sea, hemos apagado el despertador y no hemos hecho el entreno matutino, como somos profesionales y vivimos de esto, (nótese la ironía) no podemos entrenar ese día y lo paga el resto, si ponemos buena cara desde el inicio del día, sonriendo, saludando y gastando bromas, aún sin gana, posiblemente nuestro día mejore.
(Estoy interpretando e inventando ejemplos prácticos de lo anterior, si no me salen las cuentas me pongo de mala ostia, no estoy dando lecciones, ojo).
Por terminar, no sé hasta qué punto puede ser interesante estar pensando en este tipo de cosas, me da la sensación que en ocasiones es mejor dejarse llevar, para no perder la cabeza.
Cuando leo este tipo de información y de experimentos, te das cuenta de cómo nos intentan manejar y conducir hacia donde interesa, la clave está en influir sobre el sistema 1, es decir, el que no controlamos. En eso se centran los departamentos de marketing de miles de empresas, las campañas políticas, los que desarrollan nuevas redes sociales o juegos de ordenador, buscan afectar a nuestro cerebro más reptiliano, aquel que no podemos controlar, ya que está preparado para tomar decisiones automáticas que hace miles de años tenían sentido pero hoy día en nuestro entorno ya no lo tienen tanto.